La Trinidad – Pastor David Jang

Introducción

La segunda carta a los Corintios (2 Co 12:11 en adelante hasta 13:13) contiene la parte final y más impactante de la epístola que el apóstol Pablo dirige a la iglesia de Corinto. En este tramo, Pablo no se limita a ofrecer meras exhortaciones, sino que expone la seria situación a la que se enfrenta para corregir a la iglesia, reafirma su autoridad y autenticidad apostólica, y hace un llamamiento a la pureza del evangelio y a la madurez de la comunidad. Este pasaje es, a la vez, fruto de la prolongada relación de Pablo con la iglesia corintia y el momento en que pronuncia su último “toque de atención” con tono de advertencia.

Al comentar y predicar sobre este texto, el pastor David Jang señala que los problemas que aquejaban a la iglesia de Corinto hace dos mil años siguen presentes en la iglesia actual. La condición humana no cambia fácilmente, y allí donde el evangelio actúa, siempre surgen, en diferentes variantes, la inmadurez humana, los conflictos por dinero, los malentendidos sobre la autoridad y las enseñanzas falsas. Desde esta perspectiva, la parte final de 2 Corintios, conocida como la “carta con lágrimas” (tearful letter), no es solamente un documento histórico, sino un mensaje vivo de advertencia y esperanza para todas las iglesias y creyentes de todas las épocas.

A través de la exégesis y la predicación de este pasaje, el pastor David Jang muestra cómo la iglesia de hoy puede permanecer firme en el evangelio, promover la madurez de la comunidad, comprender la autoridad de los líderes y la obediencia de los creyentes, y al mismo tiempo profundizar en la fe y en la práctica del amor en el Espíritu. Asimismo, explica de manera concreta cómo la iglesia puede superar los problemas complejos de índole financiera, de falsos maestros, de conflictos personales y de permisividad del pecado, afrontándolos desde una perspectiva de fe.

A continuación, se reestructuran los mensajes centrales del texto en cinco temas. Primero, la exhortación firme de Pablo y la comprensión del contexto histórico de la iglesia de Corinto. Segundo, la paradoja de la autoridad apostólica y la humildad. Tercero, la postura de Pablo sobre el tema del dinero y los falsos maestros, y la defensa de la pureza del evangelio. Cuarto, la edificación de la comunidad por medio del amor, la paciencia y la disciplina. Quinto, la doxología trinitaria y el crecimiento integral de la iglesia. Estos cinco temas, basados en la visión pastoral y teológica de David Jang, ayudarán a la iglesia de hoy a entender y aplicar el texto de 2 Corintios en su contexto actual.

Tema 1: La exhortación firme de Pablo y la comprensión de la situación de la iglesia de Corinto

  1. 1. Contexto histórico y la aflicción de Pablo

Durante su segundo viaje misionero, Pablo permaneció alrededor de un año y medio en Corinto, plantando la iglesia y estableciendo los fundamentos del evangelio. Luego marchó a otras regiones para proseguir su labor misionera. En su ausencia, aparecieron falsos maestros en la iglesia de Corinto, causando división y negando la autoridad apostólica de Pablo, predicando un evangelio distinto y trastocando la fe de los creyentes. Pablo respondió por medio de cartas y visitas personales, aunque sin resolver fácilmente el problema.

El pastor David Jang subraya la aflicción humana y la angustia espiritual que Pablo debió sentir. Aquella iglesia que había sido objeto de su amor y cuidados ahora ponía en duda su apostolado y desvirtuaba su sinceridad. Pese a haber sacrificado todo por el evangelio, Pablo se ve obligado a defenderse y hasta a “jactarse” de su ministerio, una situación sumamente incómoda. Este “lugar de necedad” al que es empujado el apóstol refleja su determinación de no quedarse en silencio para salvaguardar la verdad del evangelio.

  1. 2. Paralelismos con la iglesia contemporánea

Al respecto, David Jang llama la atención sobre la realidad de la iglesia hoy. Continúan produciéndose tergiversaciones del evangelio, cuestionamientos a la autoridad pastoral, suspicacias en torno al manejo financiero y conflictos entre creyentes. La iglesia es una comunidad de pecadores salvados, que no existe en un estado de perfección sino en proceso de santificación. Por eso, los desafíos que enfrentó la iglesia de Corinto son también desafíos reales para la iglesia del presente.

  1. 3. Cuando el silencio no es opción: la determinación de Pablo

La aspiración del evangelio es reflejar el ejemplo de Jesús, el “Cordero” silencioso que aparece en Isaías 53. Sin embargo, cuando la iglesia se halla sumida en la confusión y la esencia del evangelio está en juego, callar puede resultar más perjudicial. Así, Pablo se ve obligado a una defensa que él mismo considera “necia”, adoptando un tono categórico para reprender a los falsos apóstoles. David Jang destaca la pertinencia de esta actitud: el amor no supone encubrirlo todo, sino tener la valentía de afrontar el pecado y la falsedad para corregirlos.

  1. 4. La motivación de amor detrás de la reprensión de Pablo

La enérgica reprensión de Pablo está impregnada de un amor profundo. Su deseo es que la iglesia de Corinto se mantenga firme en la verdad, y por ello no cesa de reprender, defender y luchar por su edificación. Según David Jang, este es un principio aplicable a los líderes de la iglesia actual. Ellos no deben, en nombre del amor, ceder ante el pecado ni someterse a la lógica mundana; al contrario, deben conservar una postura firme y humilde para guiar la comunidad conforme a la verdad.

Tema 2: Autoridad apostólica y la paradoja de la humildad

  1. 1. Las señales apostólicas y la base de la verdadera autoridad

Pablo recuerda a los corintios que él dio suficientes pruebas de su apostolado (2 Co 12:12). Hizo milagros, señales y prodigios, además de manifestar paciencia y dedicación hacia los creyentes. Sin embargo, la iglesia no se lo agradeció y cuestionó su motivación, preguntándose por qué no aceptaba salario de una comunidad tan próspera. Le acusaban de tener “segundas intenciones”. Esta falta de gratitud evidenciaba la distorsión de la percepción que los corintios tenían sobre la autenticidad del apóstol.

David Jang señala que la verdadera autoridad apostólica no se basa exclusivamente en milagros o en logros visibles, sino en la fidelidad absoluta al evangelio, el sacrificio personal, la paciencia y la entrega incondicional para edificar la comunidad. Pablo cumplió con todos estos elementos esenciales.

  1. 2. El propósito de la autoridad: edificación y no destrucción

En 2 Corintios 13:10, Pablo declara que la autoridad que Dios le concedió es para “edificar y no para destruir”. Esto aclara la finalidad de la autoridad dentro de la iglesia. El líder no recibe autoridad para someter ni dañar a la comunidad, sino para fortalecerla y encaminarla a la madurez. El pastor David Jang insiste en que los líderes eclesiales de hoy deben tener esto siempre presente. Abusar de la autoridad hiere a la iglesia, ignorarla provoca su disolución. Por consiguiente, la autoridad debe emplearse según su finalidad original: robustecer y perfeccionar la comunión de los creyentes.

  1. 3. El poder en la debilidad: la paradoja de la cruz

Siguiendo el ejemplo de Cristo, Pablo afirma que la fuerza de Dios se perfecciona en la debilidad (2 Co 13:4). Cristo pareció débil en la cruz, pero con su resurrección demostró el poder de Dios. Del mismo modo, Pablo, cuando es débil, permite que Dios manifieste su poder. Para David Jang, esto sirve de antídoto contra la tendencia de los líderes a exaltar su ego o de las iglesias a dejarse cautivar por el éxito. El verdadero liderazgo se fundamenta en la dependencia absoluta de la fuerza de Dios, no en la propia capacidad.

  1. 4. Implicaciones para hoy: manejar la tensión entre autoridad y humildad

En la actualidad, la iglesia se encuentra atrapada entre el liderazgo autoritario y la ausencia total de autoridad. David Jang ve en el ejemplo de Pablo la clave: un verdadero líder debe mantener simultáneamente autoridad y humildad, y esto solo es viable en el Espíritu Santo. La autoridad es imprescindible para proteger la verdad y guiar el crecimiento de la comunidad, pero no se sostiene en la autosuficiencia humana, sino en el poder y en la mansedumbre de Cristo. Esta paradoja obliga a la iglesia a reflexionar con prudencia.

Tema 3: El problema del dinero, los falsos maestros y la pureza del evangelio

  1. 1. Malentendidos y conflictos en torno al dinero

La iglesia de Corinto era próspera, lo que hacía que las cuestiones financieras fueran especialmente sensibles. Pablo optó por no recibir sueldo ni sustento de parte de esa comunidad, quizá para evitar la impresión de “vender” el evangelio. Lejos de ser un acto de humildad valorado por los corintios, esto generó mayor suspicacia: “¿Por qué el apóstol no quiere aceptarnos dinero? ¿Habrá algún motivo oculto?” Tales preguntas revelan una visión distorsionada, que contempla el evangelio como un intercambio de intereses económicos.

David Jang destaca la enseñanza que se desprende de este suceso: si bien el dinero es un recurso importante en la iglesia, no puede ser el criterio para juzgar la fe, la entrega o la integridad de los líderes. Cuando se otorga una relevancia exagerada al aspecto financiero, se pone en peligro la esencia misma del evangelio.

  1. 2. La sutil infiltración de los falsos maestros

Los falsos maestros buscaban difamar a Pablo y provocar división, actuando de forma tan astuta como la serpiente que engañó a Eva. Denigraban el apostolado de Pablo, explotaban el tema del dinero y propagaban un “otro evangelio” para desviar a la comunidad. David Jang advierte que las iglesias contemporáneas enfrentan desafíos similares: sectas, teología de la prosperidad y primacía de los valores materialistas. Ante tales amenazas, la iglesia debe mantenerse alerta y firme, preservando la verdad del evangelio.

  1. 3. Defensa de la esencia del evangelio

La vehemente defensa de Pablo se sustenta en su empeño por mantener la pureza del evangelio. “No podemos hacer nada contra la verdad, sino a favor de la verdad” (2 Co 13:8), clama Pablo, subrayando que el evangelio es Jesucristo crucificado y resucitado, el don gratuito de la gracia. Juzgar el mensaje cristiano en términos de ganancias o pérdidas humanas atenta contra la esencia innegociable del evangelio.

Según David Jang, la esencia del evangelio consiste en la “gracia gratuita” y el “amor sacrificial”. La iglesia no debe tolerar ningún intento de corromper esta verdad con mentalidades mundanas o enseñanzas falsas. Por encima de cualquier valor material, está la justicia y la verdad del reino de Dios.

  1. 4. La mujer del frasco de perfume: la despilfarradora santidad

La unción de Jesús con un caro perfume, acción que Judas consideró “un desperdicio”, se asemeja a la mentalidad de los corintios al juzgarlo todo en términos económicos. Pero Jesús reprende aquella “crítica razonable”, mostrando que el amor que “despilfarra” en honor a Dios es parte central del evangelio. David Jang explica que, a los ojos del mundo, ciertas ofrendas y sacrificios pueden parecer excesivos o irracionales, pero precisamente en esa “entrega” se revela el amor de la cruz. El dinero es un instrumento para el evangelio, nunca su finalidad. La misión de la iglesia radica en practicar y proclamar el amor del Calvario antes que lograr ganancias materiales.

Tema 4: Amor, paciencia y disciplina: los principios apostólicos para edificar la comunidad

  1. 1. Esencia del amor y relaciones comunitarias

El amor de Pablo hacia la iglesia de Corinto se expresa claramente: “No busco lo que es de ustedes, sino a ustedes mismos” (2 Co 12:14). Está dispuesto a dar de sí y a sacrificarse por sus almas. No obstante, la respuesta de la iglesia es decepcionante, pues persiste en la desconfianza. Para David Jang, esto muestra que el amor genuino no depende de la correspondencia del otro. Es un amor sacrificial que invierte en la vida del prójimo aun cuando no exista retribución.

  1. 2. La importancia de la paciencia

El amor “todo lo sufre” (1 Co 13), y Pablo demuestra esta paciencia en medio de un panorama muy doloroso. No es debilidad ni cobardía, sino una espera estratégica en pos de la salvación y el bien de la comunidad. David Jang define la paciencia como la fortaleza de soportar circunstancias desgarradoras mientras se permanece firme en la justicia. Sin embargo, la paciencia no consiste en una tolerancia infinita del pecado o la falsedad; llegado el momento, conviene tomar medidas para restaurar el orden mediante la disciplina.

  1. 3. La necesidad y el fin de la disciplina

Al inicio del capítulo 13, Pablo advierte que, en su próxima visita, no dejará impunes a los que continúan en pecado (2 Co 13:2). Esta declaración manifiesta que el amor no implica encubrir indefinidamente las faltas. La disciplina es un proceso para purificar la comunidad y conducir al pecador al arrepentimiento. David Jang subraya que la disciplina no es un acto cruel ni destructivo, sino una dura expresión de amor, orientada a la restauración. Si la iglesia renuncia a esto, el pecado y las doctrinas falsas proliferan bajo el disfraz de la “tolerancia”.

  1. 4. Equilibrio entre amor, paciencia y disciplina

Las congregaciones actuales corren el riesgo de, en nombre del amor, dejarse llevar por el “laissez-faire” y, por otro lado, imponerse con un liderazgo excesivamente rígido que oprime a los creyentes. David Jang se remite al ejemplo de Pablo para afirmar que el crecimiento sano de la comunidad viene de la combinación armónica de amor, paciencia y disciplina. La iglesia debe confrontar el pecado y promover el arrepentimiento, al tiempo que practica el amor reparador que levanta y fortalece al pecador arrepentido. Solo así se encarna la verdad y el amor de forma plena.

Tema 5: La bendición trinitaria (2 Co 13:13) y la madurez plena de la iglesia

  1. 1. El sentido de la bendición final

Pablo cierra su carta declarando: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13:13). No es una simple despedida formal. David Jang resalta que Pablo, a través de esta bendición, entrega a la iglesia de Corinto el don de la gracia, el amor y la comunión trinitaria. Esta doxología constituye la invitación a habitar en el ámbito divino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

  1. 2. La comprensión trinitaria de la comunidad cristiana

La iglesia debe asemejarse al flujo de amor que existe en la Trinidad. Cuando la comunidad refleja el amor del Padre, la gracia del Hijo y la comunión del Espíritu, se plasma en la práctica la naturaleza de Dios. Distintos individuos, con diversas procedencias, se unen para formar una armonía trinitaria. David Jang subraya que la iglesia necesita sobrepasar las visiones limitadas y centradas en el hombre para construir relaciones basadas en Dios.

  1. 3. La necesidad de examinarse a sí mismo y crecer en la fe

Pablo exhorta a los corintios a examinarse y verificar si viven en la fe (2 Co 13:5). Dentro de la bendición trinitaria, el creyente debe escrutar con objetividad su propia condición espiritual, reconociendo la presencia de Cristo en su interior. De lo contrario, su fe no pasa de ser formal y la iglesia se vuelve endeble por dentro.

Según David Jang, este examen personal constituye el eje del crecimiento comunitario. En la medida en que cada creyente reflexione, se afirme en la verdad, cultive el amor y la comunión del Espíritu, la iglesia madura paulatinamente. Tal autoevaluación es de vital importancia hoy, cuando la secularización, el sincretismo y el materialismo amenazan la autenticidad de la fe.

  1. 4. El mensaje de la bendición final para la iglesia actual

Incluso en nuestros días, el culto suele cerrarse con la bendición pastoral. David Jang enfatiza que este acto, aunque repetitivo, no debe reducirse a un formalismo. Contiene el reconocimiento de la presencia y el poder del Dios trino en la vida de los creyentes y de la iglesia. En cada bendición, la comunidad renueva su identidad en Cristo y reorienta sus pasos en la verdad y el amor.

La bendición trinitaria constituye el ancla que impide que la iglesia se tambalee en medio de un mundo convulso. A la luz de esta doxología, se redescubre la gracia de la cruz y la resurrección, el amor del Padre que impulsa a amar al prójimo y la comunión del Espíritu que unifica todos los dones diversos en un solo Cuerpo. Esta es la clase de comunidad que Pablo anhelaba y que, según David Jang, sigue siendo el ideal que la iglesia contemporánea está llamada a encarnar.

Conclusión y aplicación actual

A través del estudio de 2 Corintios 12–13, el pastor David Jang examina en profundidad los problemas que la iglesia antigua y la contemporánea enfrentan, y ofrece una aplicación práctica de las enseñanzas de Pablo. Los puntos clave que emergen de este pasaje son los siguientes:

  1. 1. Salvaguardar la verdad y la pureza del evangelio
    La iglesia nunca debe transigir con enseñanzas que distorsionen el mensaje central del evangelio. Ni el dinero, ni la sabiduría mundana, ni los intereses políticos deben dictaminar el valor de la fe.
  2. 2. Autoridad pastoral y humildad
    La autoridad de los líderes está diseñada para edificar la comunidad y solo adquiere legitimidad al sustentarse en la entrega y la confianza en el poder de Dios. Tanto el abuso de autoridad como su minimización extrema socavan la unidad de la iglesia.
  3. 3. Equilibrio entre amor, paciencia y disciplina
    Cuando surgen problemas en la comunidad, se requiere paciencia y amor, pero sin tolerar eternamente el pecado o la mentira. El objetivo de la disciplina es la edificación y la restauración, nunca la destrucción.
  4. 4. La presencia y el crecimiento trinitarios
    Mediante la bendición final se nos recuerda que la iglesia se sustenta en la gracia del Hijo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo. Un examen continuo de la propia fe y el desarrollo en la verdad y el amor son esenciales para la madurez de la comunidad.
  5. 5. Los desafíos y la esperanza de la iglesia moderna
    Los mismos conflictos que sacudieron a la iglesia de Corinto se repiten hoy. Sin embargo, el análisis de Pablo y la interpretación del pastor David Jang ofrecen vías para vivir en la verdad y el amor, sosteniendo una comunidad donde la autoridad y la humildad, la paciencia y la disciplina, convivan en armonía. Estos son requisitos fundamentales que trascienden la época y la cultura.

Estas verdades ofrecen un antídoto contra la secularización, la comercialización y el mal uso de la autoridad que, con frecuencia, amenazan la iglesia de nuestros días. Los creyentes, al asumir esta enseñanza, pueden perseverar en la defensa de la verdad, la honra a los líderes y la edificación mutua en el amor. Asimismo, la experiencia de la Trinidad recuerda a la comunidad que no es una organización meramente humana, sino el Cuerpo de Cristo, un organismo espiritual vivificado por el poder de Dios. De esta manera, cada congregación es invitada a ser reflejo del amor divino en un mundo necesitado de la esperanza del evangelio.

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